Este 8 de marzo, día internacional de las mujeres, nos sumamos al paro y te convocamos a marchar por la salud, la educación y los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos.
Paramos porque tenemos derecho a vivir nuestra sexualidad y decidir sobre nuestra capacidad reproductiva sin discriminación, coerción ni violencia.
Porque queremos gozar de la libertad y la autonomía para decidir y ser respetadas en nuestras decisiones. Porque queremos ejercer nuestra sexualidad de manera placentera, sin acoso ni violencia.
Marchamos con demandas hacia el Estado, los gobiernos y hacia los partidos políticos porque las normas y políticas públicas deben superar los vacíos y barreras que impiden el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos y deben garantizarse las medidas que protejan y reparen a las personas vulneradas en sus derechos.
Nos movilizamos reclamando presupuesto público para garantizar el acceso a una amplia canasta de anticonceptivos, servicios legales de aborto, educación sexual integral, campañas informativas y vida libre de violencia.
DESDE ESTE COLECTIVO DE ORGANIZACIONES SOCIALES EXIGIMOS:
En SSR
Acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva que atienda las necesidades de mujeres y varones de todas las edades y condiciones.
Ampliar el horario de atención en los centros de salud de todo el país, incluyendo las zonas rurales, y que se erradiquen las brechas de desigualdad para acceder a los servicios.
Políticas y estrategias efectivas para erradicar la explotación y el abuso sexual, en particular, de niños, niñas y adolescentes.
Programas interinstitucionales que atiendan de forma integral las múltiples dimensiones de la violencia hacia las mujeres y de género.
Respeto y garantías de atención integral para las personas que realizan trabajo sexual.
En VIH
Acceso a la información y educación sobre VIH, donde se entienda que la desigualdad de género y la violencia sexual impactan particularmente sobre la vida y la salud de mujeres, niños/ niñas y adolescentes, sin importar su orientación sexual e identidad de género.
Atención integral a las mujeres con VIH, ampliando el acceso efectivo y garantizando el adecuado tratamiento antirretroviral.
Respetar el derecho a revelar nuestro estado serológico en condiciones seguras, sin violencia, libre de estigma o discriminación.
En diversidad sexual y de género
Atención universal e integral en salud para todas las personas de acuerdo a su autodeterminación de género.
Programas de inclusión social disponibles para todas las personas de identidades diversas, de todas las edades y condiciones, en todo el país.
Campañas sostenidas contra el estigma por orientación sexual, y programas y medidas garantistas para erradicar toda forma de discriminación y violencia por identidad de género.
En educación sexual
Recursos necesarios para asegurar la educación sexual en todos los niveles y dimensiones del sistema educativo, que promueva la dimensión placentera de la vida sexual, el respeto y el auto y mutuo cuidado.
Una educación que derribe todos mitos y tabúes, que promueva la libertad y autonomía, contribuya a superar los estereotipos de género y reconozca la diversidad de orientaciones, identidades, prácticas sexuales y formas de ser persona.
Más y mejores campañas de prevención para reducir la trasmisión de infecciones de trasmisión sexual.
En aborto y objeción de conciencia
Decidir libremente sobre tener o no tener hijos, cuándo, cuántos y con quién, y ser respetadas en nuestras decisiones.
Acceso universal a los servicios de interrupción voluntaria del embarazo para que todas las mujeres que lo requieren, incluidas las mujeres migrantes, tengan el mismo derecho a abortar en condiciones legales y seguras.
Desarrollar mecanismos de control del uso abusivo de la objeción de conciencia y aplicar sanciones a los profesionales e instituciones que obstaculizan el acceso a los servicios legales de aborto.
En medicalización y contra el control de nuestros cuerpos
La sanitarización de la sociedad, la imposición de diagnósticos, el consumo de productos y de servicios sanitarios innecesarios es tan violatorio de los DDHH como no proveer los que realmente la ciudadanía requiere. La obligatoriedad no crea conciencia, sino que fomenta un mercado cautivo, atropella la capacidad de las personas de agenciarse de su vida y su salud y baja la calidad de la atención. Por eso exigimos:
Derogar el decreto que impone la obligatoriedad de la mamografía y del PAP y no imponer estas prácticas como condición para ejercer otros derechos.
Asegurar trato digno, respetuoso y humanizado durante el control del embarazo, el parto y el puerperio, erradicando toda práctica que genere violencia obstétrica.
No imponer la vacuna del virus de papiloma humano ni hacerla obligatoria. Asegurar más y mejores campañas de prevención de las infecciones de trasmisión sexual para que efectivamente niñas/os, adolescentes y adultos estén protegidos y las prácticas sean seguras. Impedir que las escuelas sean lugares de vacunación, así como asegurar atención adecuada a quienes son afectados por las vacunas.
Uruguay se destaca en la región por reconocer la salud, la educación y los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos. Nuestras organizaciones mucho han hecho para que ello sucediera pero todavía queda un largo camino por andar para asegurar las condiciones que permitan ejercerlos sin discriminaciones.
¡Seguimos en la lucha!
Organizaciones convocantes:
Alternativa Coop
Asociación de Ayuda al Seropositivo (ASEPO)
Colectivo de Jóvenes Feministas
Colectivo por la No Obligatoriedad de la Vacuna contra el HPV
Colectivo Trans del Uruguay
DiverGénTe
Mujer y Salud en Uruguay (MYSU)
Red PVVS Uruguay