La semana pasada se lanzó el informe de Amnistía Internacional, #DefensorasBajoAtaque Promoviendo los Derechos Sexuales y Reproductivos en las Américas. Entre las activistas que aportaron sus experiencias a la campaña y el informe era la directora de MYSU, Lilián Abracinskas, quién lleva más de 30 años militando por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, lo que incluye el derecho al aborto seguro y legal.
En Uruguay, el aborto es legal en cualquier circunstancia hasta las 12 semanas de gestación. Sin embargo, las mujeres tienen que presentarse ante un equipo interdisciplinario de profesionales que le informan a la mujer que desea interrumpir un embarazo no deseado sobre las características, riesgos y alternativas al aborto, debiendo garantizarle toda la información necesaria para una decisión responsable y consciente. Luego, la mujer tiene un período obligatorio de cinco días de reflexión, pasado el cual, si ratifica su decisión, podrá abortar. Las mujeres que han sido violadas pueden interrumpir su embarazo hasta las 14 semanas de gestación, si cuentan con la constancia de la denuncia correspondiente. Después de este periodo, solo se puede abortar por malformación fetal incompatible con la vida o si la vida o salud de la mujer está en peligro.
Abracinskas aclaró que, aunque no se puede comparar la situación de las y los activistas que defienden el derecho al aborto en Uruguay con la situación en El Salvador o Nicaragua -países donde el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia-, la hostilidad hacia las activistas que trabajan este tema se está convirtiendo en la norma en el país. Grupos religiosos o muy conservadores siempre atacan a quienes defienden el derecho al aborto, argumentan que lo defienden porque benefician económicamente o que se venden los fetos a la industria farmacéutica para la investigación. «Como activista por el derecho al aborto, una siempre está bajo sospecha y siempre tiene que demostrar su legitimidad», subrayó la activista feminista uruguaya.
Te invitamos a leer y descargar en el sitio de Amnistía Internacional.
Fuente: Amnesty International.
