En el marco del Día Internacional de la NO violencia contra las mujeres y de género, desde Mujer y Salud en Uruguay y el grupo de jóvenes Gozarte, llevamos a cabo una nueva performance feminista bajo el lema Uruguay no será la República de «El cuento de la criada». En esta oportunidad, casi 100 mujeres y disidencias se manifestaron desde el artivismo (con los cuidados ante la pandemia por Covid-19) en la Plaza Independencia frente al edificio Presidencial. Además se entregó un documento dirigido al Presidente Luis Lacalle Pou
Las «criadas» pasaron de una posición de sumisión, como se vio en anteriores experiencias, a la acción mediante los cuerpos en movimiento al ritmo de «Un violador en tu camino» performance que se convirtió en un himno de denuncia feminista del grupo chileno Las Tesis y replicado en muchísimos países del mundo.
En Uruguay, desde la recuperación democrática en 1985, el movimiento feminista y de mujeres ha incorporado a su plataforma reivindicativa las acciones y demandas por una sociedad libre de toda forma de violencia. Ha logrado que esta reivindicación sea asumida por otros movimientos y actores en la lucha por la justicia social. También logró la promulgación de leyes, políticas públicas y servicios para atender los impactos de la opresión de género tan estructural como la de clase, la intergeneracional y la de etnia/raza. Pero la voluntad política para atender esta dimensión de la desigualdad no ha sido la requerida.
Los gobiernos e instituciones del Estado tienen la obligación y responsabilidad de generar las condiciones y adoptar las medidas para atender las consecuencias pero, fundamentalmente, para eliminar la causa de la violencia: la desigualdad y subordinación de género.
Este 25 de noviembre, desde MYSU y el grupo de jóvenes GOZARTE, apelamos al artivismo como forma de expresión, sensibilización y protesta. Necesitamos que el Estado comprenda que los feminicidios son la máxima expresión de las violencias y desigualdades, a las que estamos expuestas todos los días. El silencio del Estado frente a esta problemática es sinónimo de complicidad. No queremos un Estado cómplice de la violencia machista y patriarcal.
DENUNCIAMOS que el Estado no cumple con su responsabilidad dado que:
1- Los feminicidios, violaciones y maltratos a mujeres y disidencias, son la máxima expresión de la violencia machista y patriarcal. Esta violencia nos atraviesa en distintas dimensiones: psicológica, económica, patrimonial, política, simbólica, cultural, obstétrica, sexual, laboral, intrafamiliar, comunitaria, institucional, entre otras.
2-Hay violencia cuando el sistema de salud sigue siendo tutelante y no garantiza la atención integral en salud sexual y reproductiva, siendo vital. Los servicios de aborto, por ejemplo, no son universales y expulsan a muchas mujeres no dando respuesta.
3- Es violencia que en todos los ámbitos que habitamos se perpetúen situaciones de acoso y abuso de forma impune y desde los lugares de poder.
4- Hay violencia cuando las medidas para erradicar el covid-19 no se han diseñado con perspectiva de género y ponen en riesgo la vida de mujeres y disidencias. La pandemia también impacta sobre el trabajo informal y el desempleo incrementando la feminización de la pobreza.
5- Es violencia que los cuidados de niños/as, adolescentes, personas ancianas, en situación de discapacidad y enfermas se sostengan con el trabajo doméstico no remunerado que sigue recayendo en las mujeres.
EXIGIMOS al Estado:
1- Políticas públicas que aborden las desigualdades de género de forma estructural para prevenir la violencia machista. Las políticas deficientes que hay para combatir la violencia de género llegan tarde. Exigimos la transversalidad de la perspectiva de género en todas las acciones/instituciones de gobierno. El Estado debe implementar un plan de acción ante la declaración de la Emergencia por Violencia Basada en Género con presupuesto acorde a esta prioridad.
2- Cobertura y acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva y a la educación sexual integral de forma laica, de calidad, basada en evidencia y con perspectiva de equidad género. Debe asegurarse la libertad sexual, la autonomía reproductiva y la erradicación del estigma y las discriminaciones persistentes.
3- Presupuesto con recursos financieros y humanos debidamente capacitados para que el sistema de respuesta a la violencia de género asegure acceso a la justicia, mecanismos de denuncia claros y eficaces, NO revictimización de quienes denuncian y reparación para una vida libre de toda forma de violencia.
4- Incorporar la perspectiva de género a los protocolos por emergencia sanitaria brindando especial apoyo a quienes están en la primera línea de atención y cuidados en la salud, la educación, ollas populares y otras medidas solidarias así como renta básica dirigida especialmente a mujeres jefas de hogar.
5- Un presupuesto quinquenal que en su implementación erradique las brechas de desigualdad de género con políticas públicas y medidas que aseguren trabajo y salario dignos, acceso a la vivienda, educación pública, sistema de cuidados, seguridad alimentaria y respuestas efectivas para mujeres y disidencias especialmente afectadas por la crisis.
NO QUEREMOS que el ESTADO sea CÓMPLICE DE LA VIOLENCIA PATRIARCAL
NI UN PASO ATRÁS