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Reconocimiento sin complacencia

Aborto: qué se vota el 23 de junio

“La ley que desincrimina el aborto no es la que querìamos, pero es la que se consiguió. Entonces, ni un paso atràs“, dijo enfáticamente Alma Fernàndez, informando que la Comisión de Mujeres del PIT-CNT està llamando a no votar el 23 de junio para habilitar un referendum derogatorio de la Ley 18.987.

Lo que està en juego en esa votación es aborto clandestino otra vez o el aborto realizado en el Sistema Nacional Integrado de Salud, y lo que se intenta es utilizar una nueva forma de vetar la ley vigente, aclaró Liliàn Abracinskas.

Milka Sorribas coincidiò con ambos planteos y lamentò que“Nuevamente las mujeres somos botìn de las divergencias entre los partidos polìticos, siendo que el aborto es un tema de derechos humanos“.

La salud en la negociación colectiva

La negociación colectiva, un àmbito reconquistado con los gobiernos frenteamplistas, fue reivindicado por Alma Fernàndez como útil para negociar tambièn sobre salud de las mujeres y violencia contra ellas.

“Costó mucho lograr avances en acoso sexual laboral y docente“, reconociò, pero hoy las y los trabajadores sindicalizados disponen de un protocolo para actuar respecto de sus pares que, si incurren en esas conductas, pueden perder la afiliación a su sindicato y hasta el trabajo. Lo que falta es capacitar a los inspectores encargados de la supervisiòn de las condiciones laborales.

Para la tambièn integrante de la Federaciòn Uruguaya de la Salud, ahora hay que negociar licencias especiales para las vìctimas de violencia domèstica. “Es màs fácil certificarlas, pero pierden salario. Las patronales tienen que entender que necesitan una licencia especial sin pèrdida de salario“, explicò.

Tambièn para esas mujeres hay que implementar soluciones de vivienda, sea desde el sindicato y/o desde el Poder Ejecutivo. “Vivienda y trabajo son indispensables para poder salir de la situación“, advirtiò Fernàndez.

En materia de derechos sexuales y reprodcutivos, las trabajadoras conquistaron mediante negociación colectiva las salas de lactancia en las empresas. Pero una de las dificultades de su implementación es que no hay un protocolo nacional que normalice su estructura y forma de uso, tarea que a juicio de Fernàndez corrresponde al MSP.

Respecto de las prestaciones durante el embarazo, preocupa a la Comisiòn de la Mujer del PIT-CNT que en los casos de riesgo o alto riesgo se requieren medicamentos y estudios especiales que, en el sector privado de la salud, suponen un alto costo para las usuarias al igual que el acceso a la reproducción asistida. Estas situaciones ya fueron introducidas para su discusión en la Comisiòn Asesora en Salud Sexual y Reproductiva del MSP, donde la sociedad civil està representada.

En calidad de la atención falta

“Las mujeres somos el portal por el que los niños vienen, pero eso no nos convierte en puertas. El útero es el lugar donde los niños se gestan, pero eso no convierte a las mujeres en un útero. La exclusividad en el cuidado de los niños y mayores de la familia no deriva de nuestra biologìa: tiene que ver con pautas culturales con las que se beneficia el sistema. No se avanza en el Sistema de Cuidados, no por que no haya recursos, sino porque sale màs barato que las mujeres hagan todo que poner lo que hace falta para que la sociedad y el Estado participen“.

Con estas aclaraciones, Abracinscas introdujo el tema de la prevalente desigualdad entre hombres y mujeres: los primeros ejerciendo el cuasi monopolio del poder y las segundas con muchas barreras para poder tomar decisiones.

Reclamò al MSP una mejor fiscalización del cumplimiento de las normas vigentes sobre calidad de la atención en salud (hoy se alega que no hay suficientes cuerpos inspectivos) y la sanción a las instituciones que infrinjan las normas vigentes Tambièn demandò la remociòn de las barrreras de acceso a los servicios que derivan de los sistemas de valores y percepciones de sus recursos humanos, particularmente en el caso de los mèdicos. Al respecto denunciò que no se respeta la confidencialidad de la atención, particularmente en el caso de personas trans y afectadas por VIH.

Especialmente, Abracinscas convocò a las mujeres a “apropiarse de los avances, porque el riesgo de retroceso està siempre a la vuelta de la esquina“.

El cambio cultural cuesta

Para Sorribas, las nuevas normas traducen cambios en el plano simbòlico, pero el problema está en su implementación, particularmente por la resistencia de los operadores, que reproducen esquemas sexistas y estereotipos, por lo que reclama mayor capacitaciòn.

“El cambio cultural cuesta mucho. Las mujeres todavía siguen teniendo muchos problemas para negociar a la interna de su pareja su sexualidad. Esa falta de poder tienen correlato en la esfera pùblica “, dijo.

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