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“La salud sexual involucra a toda la sociedad”

Lilián Abracinskas (uruguaya), directora de la organización no gubernamental Mujer y Salud en Uruguay, estuvo en nuestro país invitada por el Fondo de Población de Naciones Unidas para participar en el conversatorio “Derechos reproductivos y salud sexual” realizado en el marco del 4to. Encuentro Feminista del Paraguay. Afirma que se tiene que involucrar a todos los sectores de la sociedad en el tema.

Durante el debate Lilian Abracinskas manifestó que “uno de los graves errores que hemos cometido en el movimiento de mujeres ha sido fragmentarnos. Por mucho tiempo nos separamos, autodefiniéndonos algunas como ‘cairistas’ y otras como ‘pekinistas’, y esto solo nos llevó a una fragmentación innecesaria. Las mujeres debemos dejar de trabajar en compartimientos estancos y articularnos para trabajar juntas”, fue la autocrítica planteada durante el conversatorio sobre “La salud sexual y reproductiva” en el marco del 4to. Encuentro Feminista del Paraguay, desarrollado en la ciudad de San Bernardino.

Resaltó la necesidad de visualizar los retos actuales. “Si bien en estos años se ha avanzado en la capacidad de incidencia en las decisiones, no hemos ampliado la base social que reconozca y defienda los derechos sexuales y reproductivos”, dijo Lilian, añadiendo como un aspecto fundamental a afrontar “la necesidad de blindar los avances logrados y cuidar que en lo que se avanzó no se retroceda, y donde se ha retrocedido ver cómo reestructurarnos y resurgir”, enfatizó.

–¿Cuándo se inicia en el Uruguay el proceso en torno a una ley de salud sexual y reproductiva?

–El proceso por lograr una ley de salud sexual y reproductiva en el Uruguay tiene un largo camino, pues se inició tras la instauración de la democracia en el país, en el año 1985. En cada legislatura se presentaba un anteproyecto, aunque el debate se daba en círculos muy estrechos.

Durante todos estos años también ayudó que las leyes se fueron volviendo como más integrales y hubo una necesidad de ampliar los servicios de atención a las mujeres, de manera que la gente pudiera tener acceso a información, orientación, métodos anticonceptivos, planificación familiar, control de embarazos, que apunten a maternidades y paternidades deseadas y responsables.

–¿Cómo se pudo involucrar a otros sectores?

–Comenzamos a trabajar con otros colectivos de la sociedad, por ejemplo logramos involucrar al sector sindical, pues son justamente las trabajadoras las que tienen que conciliar el trabajo con el cuidado de los hijos e hijas, con la doble y triple jornada de trabajo, haciéndolas víctimas también de violencia sexual, enfrentándose a maternidades forzadas.

Situaciones como estas son las que nos permitieron que otros sectores se involucraran y que la salud sexual fuera un derecho reivindicado por más gente, y no solo por las organizaciones de mujeres. Hoy son las mujeres de otros ámbitos las que reclaman: las campesinas, las pobres, las afrodescendientes, son ellas las que se levantan y reclaman una ley de salud sexual y reproductiva, porque han integrado la dimensión de esta discriminación a sus otras discriminaciones y esto es lo que nos ha permitido avanzar.

Además es importante entender que los derechos sexuales y reproductivos están vinculados a la autonomía económica, a la violencia sexual, a la población viviendo con VIH/sida. En ese sentido las mujeres que viven con VIH y que deciden tener hijos deben tener otros cuidados y el Estado tiene que garantizarles las condiciones para que ellas puedan llevar ese embarazo sin afectar su salud y para reducir la posibilidad de transmisión del virus, al niño o la niña.

Empoderar a los varones

La uruguaya Lilian Abracinskas indicó que uno de los desafíos es lograr empoderar a los varones, pues hasta ahora poco se ha logrado involucrarlos en estos temas. “Se ven algunos cambios en la población joven, hay como una conciencia de compartir la crianza de los hijos e hijas, del cuidado, de la planificación, del trabajar en conjunto, pero siguen siendo excepciones”, dijo.

“Todavía no hemos logrado involucrar masivamente a los varones, y esto es un reclamo hacia todos los sectores. Por ejemplo, los servicios de salud no están pensados para varones, no se han desarrollado servicios de salud sexual y reproductiva que los incluyan. Lo que hasta ahora hacen es acompañar a las mujeres al control del embarazo, a las consultas sobre planificación, pero lo viven como un acompañamiento. Nos cuesta que los varones entiendan que el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos no puede ser, como ha sido ahora, con un fuerte modelo patriarcal, sino que tiene que haber una fuerte transformación de toda la sociedad y de la cultura patriarcal que hasta ahora subsiste”, recalcó.

Ley de salud sexual y reproductiva tiene el veto del presidente uruguayo Tabaré.

Recordemos que en noviembre de 2008 el presidente de la República del Uruguay, Tabaré Vázquez, firmó el veto contra la ley de salud sexual y reproductiva, ya que en su artículo 8 autorizaba el aborto, y que había sido aprobada en la Cámara de Diputados por 49 votos, en su mayoría legisladores de su propio partido, contra 48.

El tratamiento de la ley en el Parlamento uruguayo generó polémica en la sociedad y en organizaciones defensoras de los derechos de la mujer y grupos religiosos, quienes habían realizado marchas y concentraciones en favor de una u otra postura.

En aquella oportunidad Lilian Abracinskas había manifestado que el hecho se trató de un proceso histórico, según información de Página/12. 28 de Octubre de 2009.

Fuente: ABC-Paraguay

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