Durante la audiencia pública que discutió por primera vez la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación, en el Supremo Tribunal Federal (STF), integrantes de grupos contrarios a ADPF 442 (por siglas en portugués de Argumentación de Incumplimiento de Precepto Fundamental) basaron su tesis central en que la legalización tiende a aumentar el número de abortos. El caso de Uruguay, donde la legalización de la práctica se realizó en 2013, fue uno de los más citados. No existe ningún estudio que compruebe esa afirmación, por el contrario. El incremento de cerca de 10% al año en el número de mujeres que interrumpen legalmente la gravidez está relacionado al conocimiento que ellas comienzan a tener de la oferta del servicio. Las cifras oficiales en estos cinco años variaron entre 7.171 y 9.800 (por año), en contraposición con la estimativa más baja realizada por la Universidad Católica, de 16 mil al año candao la práctica aún era ilegal.
“Lo que se puede afirmar es que la legalización no provocó más abortos. Eso ya lo sabaíamos: no abortamos porque está disponible, abortamos porque necesitamos. Eso es una falsedad que siempre ha sido dicha por los anti-aborto, y Uruguay demuestra que no es verdad. No es verdad que, porque el aborto es legal, las mujeres van a embarazarse para abortar. Abortamos porque estamos frente a una gravidez indeseada”, afirmó Lilián Abracinskas, de Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), organización que actuó en la campaña por la legalización de la práctica en el país.
Portal Catarinas
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