Proyecto. Lo usarán en la red de policlínicas municipales de Montevideo
Un protocolo para la atención a víctimas de violaciones fue el resultado de un estudio realizado por la ONG Mujer y Salud en Uruguay. En él se concluye que es vital la atención institucional y «no sólo apelar a la buena voluntad de pocos profesionales».
El abordaje médico -desde la recepción de la víctima, el tratamiento físico y psicológico, hasta la posibilidad de un aborto- son algunos de los puntos que se aborda en el protocolo de atención a personas víctimas de abuso sexual y violaciones, según un documento elaborado por la ONG Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), que fue presentado ayer.
El documento fue elaborado por la socióloga Silvia Chejter, y contó con la colaboración de las doctoras argentinas Beatriz Ruffa, Laura Díaz y Viviana Beguiristain, especialistas en la elaboración de diseños de intervención integral para atender estos casos.
En el texto se reafirma la necesidad de abordar la temática desde el propio sistema de salud, para lograr una mejor calidad e igualdad en las prestaciones vinculadas a la salud sexual y reproductiva, en Uruguay. Sin embargo, se expresa que llevar adelante tal planteo exige cambiar muchos preconceptos establecidos hasta el momento.
«Incluir la violencia sexual como un tema de salud pública exige cambiar conceptos e ideas que todavía tienen mucha fuerza, como por ejemplo aquellos que conciben las violaciones sexuales como un tema reservado exclusivamente al ámbito de la justicia», expresa el texto.
Así las cosas, se acordó con la división de Salud de la Intendencia de Montevideo (IM) iniciar un proceso de implementación del protocolo en la red de servicios de salud municipal, con el compromiso de fortalecer la respuesta institucional frente a un problema de estas características.
Según se desprende del texto, la experiencia indica que «es importante que la atención de víctimas de violaciones no dependa de la buena voluntad de unos pocos profesionales, sino que esté institucionalizada y protocolizada».
PROPUESTA. El protocolo está diseñado para la atención de mujeres víctimas de violaciones en cualquier etapa de sus vidas y hasta seis meses después del episodio, si bien la mayor parte de los cuidados médicos y medidas preventivas incluidos en el mismo son de aplicación inmediata (entre primeras horas y hasta cinco o seis días posteriores a la violación).
Un aspecto a definir, según el estudio, es el espacio físico en el que se atenderá a las víctimas, teniendo en cuenta un aspecto primordial: la privacidad.
«La atención deberá realizarse en un ambiente que garantice la privacidad, buscando crear un clima para la contención, escucha e información de los pasos a seguir, debiéndose al mismo tiempo aclarar que ningún paso será dado sin su consentimiento», explica el documento.
Para este punto se manejan varias opciones, desde un servicio independiente, con su espacio físico propio y delimitado, un área de servicios de emergencia, o compartir espacios del servicio de ginecología y obstetricia.
«Este es el formato que funciona en Buenos Aires, no sólo por la especificidad de los cuidados médicos inmediatos, sino también porque se cuenta con guardia obstétrica durante 24 horas», detalla el texto.
El abordaje psicológico a la víctima es parte del protocolo, según el texto, brindando contención y un tratamiento breve y focalizado (de seis a ocho entrevistas). «En los casos en que el servicio no cuente con profesionales de la psicología deberán activarse las redes de derivación a efectos de brindar un abordaje integral a la situación», aclara el documento.
También se debe tener en cuenta la atención de familiares y allegados de las víctimas.
Sobre las posibilidades de embarazo después de un acto de violación «la víctima mujer tiene derecho a solicitar asesoramiento e información en su servicio de salud, así como atención posaborto», expresa el informe.
A prisión tres años después del hecho
Ayer, un hombre de 31 años fue procesado con prisión por haber abusado sexualmente de su hijastra de 12 años en reiteradas ocasiones. El hecho ya tenía casi tres años de denunciado, pero recién ayer se expidió la Justicia. En el año 2008 la Policía de la seccional 18ª de Ciudad de la Costa recibió una denuncia sobre este sujeto. Según informó el parte policial, en aquella oportunidad «se realizaron las actuaciones correspondientes y una vez cumplidas las instancias Judiciales, el hombre recuperó su libertad». Sin embargo, en las últimas horas, el magistrado actuante dispuso el procesamiento de la persona por el delito de violación en reiteración real. En el protocolo de víctimas de violación, si bien se expresa que apunta a la atención en casos de hasta seis meses después de surgido el episodio pueden recibirse consultas de casos más prolongados. «En esos casos deben evaluarse las demandas y dar las respuestas pertinentes con recursos intra o extrahospitalarios. Una de las más frecuentes es la de atención psicológica, ya que la experiencia traumática de la violación, si no fue elaborada en su momento, puede causar malestar psíquico o trastornos psicosomáticos en el mediano o largo plazo», explica el informe.
El País Digital 24.03.2011