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Allanan el camino para acordar la despenalización del aborto

El diputado Iván Posada aceptó sugerencias realizadas por el Frente Amplio.

El camino hacia un proyecto de ley que despenalice el aborto se allanó un poco más luego que el diputado Iván Posada, del Partido Independiente (PI), aceptó contemplar una de las exigencias que le había planteado el Frente Amplio para llegar a un acuerdo. La izquierda no tiene el respaldo parlamentario para aprobar su propio proyecto y Posada –por imperio de las diferencias internas del oficialismo– pasó a ser una pieza fundamental para juntar los 50 votos necesarios como para aprobar en la cámara baja una iniciativa con ese fin.

Antes de conceder a la mujer la posibilidad de abortar, la iniciativa de Posada la obliga a pasar por una comisión integrada por tres profesionales quienes la asesorarán al respecto. Luego, la mujer tendrá cinco días para adoptar una decisión definitiva. El diputado del PI había previsto que uno de los integrantes de la comisión debía ser un claro opositor a la despenalización del aborto. Precisamente, la presencia en el grupo de una persona tan parcializada era lo que el Frente Amplio no estaba dispuesto a aceptar.

Posada limó ese artículo y le enviará la nueva iniciativa a los negociadores de la izquierda. “Si para el Frente la principal observación a mi proyecto es la participación de un objetor de conciencia descarto que finalmente se aprobará este proyecto que despenaliza pero no legaliza el aborto”, dijo Posada a El Observador.

El nuevo texto expresa que tras recibir el pedido de aborto, el médico “dispondrá para el mismo día o para el inmediato siguiente, la consulta con un equipo interdisciplinario, integrado al menos por tres profesionales, de los cuales uno deberá ser médico, pudiendo ser el médico consultado, otro deberá tener especialización en el área de la salud psíquica y el restante en el área social”.

Posada recibió días atrás al presidente de la Conferencia Episcopal Uruguaya, obispo Carlos Collazzi, y al vicerrector de la Universidad Católica, Marcelo Coppetti. El diputado escuchó la posición de sus visitantes de rechazo a la despenalización del aborto, pero les contestó que “en este tema lo peor que puede pasar es que todo quede como está”.

Antecedentes

En la legislatura pasada, el presidente Tabaré Vázquez vetó el proyecto que habilitaba la despenalización de los abortos que se realizan antes de los 12 semanas de embarazo. Los frenteamplistas volvieron a presentar la propuesta en esta legislatura y lograron su aprobación en el Senado. Pero en la Cámara de Diputados se encontraron con que el representante por Salto del Espacio 609, Andrés Lima, no está dispuesto a respaldar el proyecto.

Los blancos y los colorados no aportarán ningún voto. Los parlamentarios de Vamos Uruguay, Ope Pasquet y Fernando Amado, estaban dispuestos a apoyar la despenalización pero el líder colorado Pedro Bordaberry hizo jugar la disciplina partidaria para evitar que desentonaran con el resto de los legisladores de esa colectividad. Incluso el otro diputado del PI, Daniel Radío, rechaza la propuesta.

Es así que el voto que falta para completar una mayoría de 50 diputados dispuestos a despenalizar el aborto solo puede ser aportado por Posada.

A mediados de mayo se reunieron con el legislador del PI los senadores frenteamplistas Luis José Gallo, Mónica Xavier y Constanza Moreira y el diputado Juan Carlos Souza y le expresaron su disposición a llegar a un acuerdo para redactar un proyecto alternativo.

Consultada por El Observador, Xavier dijo que está dispuesta a negociar para llegar a un acuerdo.

“Es muy importante negociar todo lo que se pueda para impedir que el proyecto sea encajonado. El proyecto del Senado era el más equilibrado pero no podemos desechar nada”, sostuvo la senadora y casi segura presidenta del Frente Amplio.

Claro que Posada parte de una postura jurídica y filosófica distinta a la de los frenteamplistas.

La diferencia surge ya desde el nombre con el que están caratulados ambos proyectos. La iniciativa aprobada por el Senado e impulsada por los legisladores del Frente se llama Interrupción voluntaria del embarazo. Se reconoce pues la libertad de que la mujer se haga un aborto sin que medie ningún impedimento.

En cambio, el proyecto de Posada se caratula Interrupción excepcional del embarazo, y se basa en el artículo 4º del Pacto de San José de Costa Rica, ratificado por Uruguay, que dice: “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”.

El primer artículo de los proyectos también tiene diferencias. El del Frente Amplio dice que “toda mujer mayor de edad tiene derecho a decidir la interrupción voluntaria de su embarazo durante las primeras 12 semanas del proceso gestacional”. En consecuencia, se legaliza el aborto dentro del plazo referido.

En cambio, el proyecto de Posada expresa que el aborto no será penalizado siempre y cuando la mujer concurra antes de las 12 semanas de gestación (en este aspecto ambos proyectos son iguales) a consulta médica ante una institución de medicina integral, pública o privada, a efectos de poner en conocimiento del médico las razones que la llevan a decidir interrumpir su embarazo.

Mayoría quiere despenalizar

Según el resultado de la última encuesta de la consultora Cifra, el 51% de los uruguayos apoya la despenalización del aborto y el 37% se opone a ella. El resto no tiene posición tomada. Los datos desagregados señalan que apoyan la despenalización el 55% de los hombres y el 48% de las mujeres. Están en la misma postura el 28% de quienes no terminaron la escuela, el 58% de los que completaron secundaria y el 65% de quienes accedieron a estudios universitarios. “Las mujeres educadas y las de mayores ingresos son aun más partidarias de la despenalización que los hombres de su misma condición”, dijo el director de Cifra, Luis Eduardo González.

Fuente: El Observador

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