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MYSU EN LOS MEDIOS

Aborto: desconfían de datos oficiales

elpais_17012014

Según el MSP se habrían realizado alrededor de 5.400 abortos en 2013. Las activistas a favor de la despenalización del aborto «desconfían» de los datos sobre la cantidad de interrupciones del embarazo que divulgó el MSP. Advierten que el sistema tiene fallas y por eso no se puede terminar con la clandestinidad.

Las proyecciones realizadas por las organizaciones a favor de la despenalización del aborto señalan que en 2013 se hicieron alrededor de 5.400 abortos en el marco de la aplicación de la ley de interrupción del embarazo. El dato surge de un cálculo de la suma de un promedio de 450 abortos realizados al mes, información que divulgó en julio del año pasado el Ministerio de Salud Pública (MSP).

La información definitiva será dada a conocer entre febrero y marzo, ya que aún no se terminaron de procesar los datos, dijo a El País el subsecretario Leonel Briozzo. «El número final estará dentro de lo proyectado», afirmó.

La delegada por los usuarios en la Junta Nacional de Salud (Junasa), Lilián Rodríguez, dijo a El País que desconfía de las cifras oficiales difundidas por el MSP. «No creo en las cifras que da el Ministerio. No, no las creo», insistió.

«Para nosotros, las personas que como yo hemos trabajado en estos temas de derechos sexuales y reproductivos, y acá no hablo por el movimiento de usuarios, porque hay diferentes posiciones, suponemos que las mujeres volvieron a los circuitos clandestinos porque de lo contrario no se explican estas cifras», sostuvo.

Para Rodríguez, la aplicación de la ley del aborto es diferente en Montevideo que en el interior del país. «Una cosa es Montevideo y otra cosa es el interior, allí juega mucho la túnica blanca y juegan mucho los vínculos de poder, hay un montón de cosas en el medio, por eso no creo en las cifras que da el Ministerio. Con Briozzo tengo un muy buen vínculo, pero como no estuve en el Ministerio todavía no pude conversar con él sobre este tema», indicó.

Además, Rodríguez manifestó su desacuerdo con que la totalidad de los médicos ginecólogos de Salto -que firmaron la objeción de conciencia para no realizar abortos- integren los equipos multidisciplinarios y brinden asesoramiento a las mujeres que consultan con la intención de interrumpir su embarazo. «De la puerta del consultorio para adentro nunca sabés lo que pasa y yo no estoy de acuerdo con que el asesoramiento lo haga un médico que es objetor de conciencia», dijo.

Para la directora de la ONG Mujer y Salud Uruguay (MYSU), Lilián Abracinskas, los servicios de interrupción del embarazo funcionan mejor en Montevideo y en el sistema privado que en el interior y en el sistema público. «Las mujeres de Montevideo que se atienden en mutualistas te dicen que el cambio es importantísimo, porque se atendieron con todas las garantías y se terminó el problema. Ahora si hablás con una gurisa de 18 años o con una mujer pobre del interior del país te voy a decir que mucho, mucho, no le cambió la realidad», comentó.

«El balance que hacemos es que efectivamente los servicios funcionan mejor en Montevideo que en el interior, porque la ley estableció condiciones sin tener en cuenta si teníamos suficientes profesionales ginecólogos, psicólogos y asistentes sociales para conformar los equipos multidisiciplinarios. Hay lugares del país, como Río Branco, donde antes de aprobada la ley ya no había ginecólogos, allí las mujeres tienen que trasladarse 80 kilómetros para atenderse», indicó.

Abracinskas dijo que en la comparecencia de la organización al Parlamento -cuando se discutía la despenalización del aborto- ya se habían advertido las dificultades existentes para integrar los equipos multidisciplinarios.

«Hay además otros problemas, como el de los ecografistas que muestran las imágenes de latidos cuando por reglamentación no se puede hacer eso para no interferir en la decisión de la mujer. Nos han llegado relatos de que pasa esto, pero las mujeres no se animan a denunciar por temor a represalias», contó.

Las cifras oficiales hablan de alrededor de 5.000 abortos al año, pero esta realidad difiere mucho con las estimaciones que se hacían en el año 2003 por parte de las organizaciones que reclamaban la despenalización.

«En 2003 decíamos que en Uruguay se hacían 33.000 abortos, es una brecha muy grande con los 5.000 que se informan ahora. Más allá de que 2003 podría ser una cifra muy alta porque estábamos en crisis económica, lo cierto es que si se hacían 15.000 abortos hay una diferencia muy grande con lo de ahora», dijo Abracinskas.

En esa línea agregó que desde su organización se supone que «todavía el sistema deja mucha fuga al circuito clandestino, porque hay muchos obstáculos y las complicaciones hacen que se termine comprando el misoprostol por fuera en el mercado ilegal».

Para MYSU, entre las razones que puede motivar un aborto clandestino están la falta de apoyo familiar en las menores de 18 años (ya que requieren una autorización de sus padres para interrumpir su embarazo) y la exigencia de una consulta previa con un equipo multidisciplinario.

«El hecho que tengan que ir a tres consultas, un día para ver al ginecólogo, otro para hablar con la psicóloga, o la asistente social, implica muchas veces una pérdida del presentismo para aquellas mujeres que trabajan en un comercio o en fábricas», sostuvo Abracinskas.

En ese marco, la activista cuestionó al MSP por la falta de información que reciben sobre la marcha de la ley. «No nos han facilitado datos, más allá de que lo hemos solicitado. Cuando el viceministro dio la información en julio la dio interpretada, pero no tuvimos acceso a la base de datos y no se pudieron analizar. Ha sido bastante complicado y lo que estamos planteando es que se necesita divulgar más», remarcó.

Sin problemas.Briozzo dijo a El País que la implementación de la ley se está siendo sin inconvenientes. «Al principio hubo toda una problemática en relación a la objeción de conciencia por parte de los ginecólogos de Salto, pero hoy podemos decir con toda tranquilidad que en todo el país hay servicios integrales que proveen el derecho de interrupción voluntaria del embarazo».

El subsecretario afirmó que no se registró ninguna muerte por aborto entre las mujeres que consultaron amparadas en la ley. Ademas evaluó que los equipos multidisciplinarios de asesoramiento «vienen funcionando bien y no son tribunales, sino que están al servicio de la mujer para que tome una mejor resolución, más libre y más informada».

Reclamos.

El coordinador de la comisión proderogación de la ley del aborto, Carlos Iafigliola, dijo a El País que los datos que tiene su organización sobre cantidad de interrupciones del embarazo «son los mismos» que proporcionó el MSP y que «eso indica que al año más o menos se han producido unos 5.000 abortos».

Iafigliola calificó como «lamentable el hecho de que 5.000 bebés perdieran la vida en los vientres maternos con la complacencia del Estado uruguayo».

«Si uno mira las dificultades que ha tenido el país para tratar las necesidades básicas de la población en salud, está claro que es imposible que se establezca este grupo interdisciplinario que establece la ley. Nos deja muchas dudas».

Polémica legislación

El 2 de diciembre (de 2013) se cumplió un año de la entrada en vigencia de la ley del aborto.

En ese momento el 52% de las mujeres que consultó en el Servicio de Salud Sexual y Reproductiva del Hospital Pereira Rossell para interrumpir su embarazo, entre diciembre de 2012 y octubre de 2013, tenía menos de nueve semanas de gestación. El 45% tenía entre diez y doce semanas, máximo que permite la ley. Un 1% excedía ese plazo y en un 2% no se registró el dato, según informaciones del Área de Implementación de Servicios y Políticas Públicas-Iniciativas Sanitarias.

La ley prevé que una vez que la mujer tomó contacto con el sistema de salud deba realizar tres consultas con equipos multidisciplinarios (psicólogo, ginecólogo y asistente social) lo cual demanda un tiempo mínimo de seis días.

El 59,75% de las mujeres que llega a la segunda consulta expresa que la razón para abortar es su «proyecto de vida». La estadística del Pereira Rossell exhibe los motivos principales, que en algunos casos pueden ser más de uno y por eso la gráfica no cierra en 100%. Otras mujeres adujeron razones económicas, falta de pareja, muchos hijos y violencia sexual, entre otras causas.

Fuente: Valeria Gil para Diario El País, publicado 17.01.2013

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